Una especie amenazada

El panda gigante ha cautivado los corazones de muchas personas en todo el mundo y se ha convertido en el símbolo perdurable de los esfuerzos para salvar a las especies amenazadas.

Es difícil calcular el número exacto de pandas que quedan en el mundo, pero se calcula que unos 1350 ejemplares viven en libertad, mientras que aproximadamente 100 viven en cautividad, mayoritariamente en zoológicos, en centros de reproducción y en reservas especiales en China. Pero a pesar de toda la atención prestada a la difícil situación del panda y de los esfuerzos internacionales por salvarlo, todavía existe un riesgo real de que se extinga.

Dentro de las causas que están afectando la permanencia de los pandas en el planeta se tienen:

• Reducción progresiva de su hábitat natural por la tala de los bosques de bambú y la invasión de sus espacios por el hombre. Esta pérdida de su hábitat y los asentamientos humanos que poco a poco han invadido el terreno de los pandas, los obligaron a retirarse a zonas de montaña más elevadas, donde están aislados sin poder desplazarse a los pequeños bosques de bambú que aún pueden mantenerlos.
• La amenaza constante de los cazadores furtivos, por el alto valor que tiene su piel y la venta clandestina a zoológicos, a pesar de los avances alcanzados para controlar su captura con la imposición de cadena perpetua para los acusados de su práctica, sin embargo la situación sigue siendo preocupante. Los científicos desconocen si las características marcas blancas y negras de los pandas son un método de camuflaje adaptado a sus hogares en las montañas o si permiten que estos animales solitarios se reconozcan entre sí. Por desgracia, su característico pelaje también los convierte en una atractiva presa para los cazadores furtivos. Y a pesar de que están protegidos en reservas, hay ocasiones en las que los pandas mueren atrapados en trampas ilegales dirigidas a antílopes y ciervos.
• La existencia de un conjunto de disfunciones reproductivas que hace a la inseminación natural extremadamente difícil, porque el pene del macho es muy corto y la vagina de la hembra muy larga combinadas con su escaso apetito sexual en su madurez, que en los machos se alcanza entre los seis y siete años y en las hembras entre los cuatro y cinco, lo que aunado al hecho que se pueden aparear una sola vez al año si la hembra encuentra el macho de su gusto y si éste logra fecundarla dentro de los tres días al año que dispone para quedar preñada, aspectos negativos que se ven incrementados al comprobarse que el 78% de las hembras son incapaces de quedarse preñadas y el 90% de los machos es estéril. En cautiverio se ha comprobado que las dificultades aumentan por la timidez que los caracteriza y por la pérdida del apetito sexual de estos mamíferos en cautiverio
• La alta tasa de mortalidad de las crías en los primeros días de nacido, dado a que nacen a finales del invierno, por lo que requieren muchos cuidados maternos durante los primeros meses de vida. Lo que constituye un serio problema para la recuperación de la población

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